El paseo marítimo de Valdelagrana no permaneció cerrado a las motos.Fueron muchos los aficionados que aprovecharon para rodear los dos carriles del paseo y jalear así a los moteros que, agradecidos por la expectación, dieron algo de espectáculo con su particular ruido o sus acelerones llamativos.
El espectáculo de ver motos en el centro se ha acabado pero sobre todo entre la zona de la antigua pasarela peatonal donde ahora se encuentra el semáforo hasta la rotonda de las salinas, se concentraron cientos de jóvenes (sin exención del alcohol y ciertas comodidades como los coches con grandes altavoces o las sillas y los aperitivos), para ver motos.
Otro punto caliente de la diversión fue la zona de la estación.
La vida de la ciudad ayer se concentró en esta vía municipal, y por lo tanto, acertado fue que los controles policiales estuvieran en estos espacios abiertos, puesto que la experiencia adquirida el año anterior ya ofreció la idea de que era necesario que los cuerpos de seguridad se concentraran en estos espacios.

El ambiente no llega a superar la calidad del año anterior.Parece que, o los portuenses se quedan en casa mientras los moteros disfrutan del centro, o cada vez hay menos gente a la que le guste disfrutar de este tipo de eventos.